La exposición al sol sin protección provoca daños que se acumulan día a día en la piel. Esta tiene efecto memoria, es decir, que el exceso de luz solar queda registrado sobre la piel y, cuando se ha producido una quemadura en el cuerpo, con el paso del tiempo puede provocar el envejecimiento prematuro de la piel o, dependiendo de la gravedad, causar distintas lesiones como manchas,alergias, cáncer, por mencionar solo algunos de los efectos del sol en tu piel.
Por ello, lo mejor es prevenir estas situaciones utilizando protectores solares adecuados, y siguiendo una serie de pautas como aplicarlos media hora antes de exponerse al sol, reponiendo el producto periódicamente, y evitando las horas de máxima intensidad lumínica (entre las 12 y las 4 de la tarde).
El sol contribuye a mantener una buena salud, ya que aporta beneficios físicos y emocionales como:
- Activar la circulación.
- Favorecer la síntesis de la vitamina D3 (aumenta la absorción de calcio y fósforo).
- Fortalecer los huesos.
- Reforzar el sistema inmunológico.
Asimismo, el sol influye en el estado de ánimo, ya que equilibra el sistema nervioso y ayuda a combatir la depresión.
Cómo se produce el bronceado
Al exponer la piel a los rayos solares, el cuerpo comienza a producir un pigmento, denominado melanina, que absorbe los rayos y hace que la piel adquiera un tono bronceado para protegerse del sol. Pero este mecanismo defensivo natural del organismo no es suficiente para contrarrestar los efectos nocivos de los dos tipos de rayos ultravioletas (UV) que alcanzan la superficie de la piel:
- Los UVA: Son los responsables de que la piel adquiera un tono bronceado, al inducir a las células a producir melanina, un pigmento natural que colorea la piel. Aunque no queman, no son inocuos, ya que penetran profundamente en la piel y pueden provocar daños a largo plazo como envejecimiento prematuro, manchas, pérdida de elasticidad e, incluso, lesiones importantes.
- Los UVB: responsables del enrojecimiento.
Por este motivo, es imprescindible utilizar un protector solar adecuado siempre que se toma el sol, para evitar las posibles consecuencias adversas como:
- Manchas.
- Quemaduras.
- Cáncer de piel.
- Envejecimiento prematuro de la piel.
Qué es el fotoenvejecimiento
El fotoenvejecimiento es el envejecimiento o deterioro de la piel originado por la exposición excesiva a los rayos ultravioletas solares. La luz ultravioleta daña las fibras de colágeno, y causa una producción excesiva de fibras de elastina anormales. El mecanismo de defensa de la piel intenta mejorar esta situación, provocando la formación de fibras denominadas “cicatrices solares”, que generan arrugas y depresiones cutáneas.
También el humo del tabaco y el estrés aumentan la velocidad de formación de arrugas.
Qué es el melanoma
Es un tipo de cáncer de piel (el más grave de todos), que se origina en unas células denominadas melanocitos, debido a una proliferación descontrolada de los mismos. Casi siempre es curable en sus etapas iniciales, pero tiene tendencia a propagarse hacia otras partes del cuerpo si no se detecta a tiempo.
El Instituto Madeleine Meyer te recomienda hacer uso de protectores solares adecuados para no poner en riesgo tu piel y así gozar de los beneficios de la luz solar.