Se dice que la belleza es subjetiva, pero podemos entenderla como aquello que cumple con ciertos elementos o características que provocan un placer sensorial en quien lo percibe.
A lo largo de los años esta información se ha ido analizando y estandarizado, dando nacimiento a los cánones de belleza que conocemos a pesar de las diferencias entre época y culturas. Con esto podemos entender por qué una mujer oriental es aún bella ante el ojo occidental y viceversa.
Uno de estos elementos que se mantienen constantes habla sobre la simetría. Seguramente ya habrás escuchado la teoría que afirma que la belleza radica en la simetría del cuerpo, específicamente del rostro, por lo que podríamos considerar entonces que todos estos llamados íconos lo que tienen es equilibrio en sus rasgos.
Así que hoy, el Instituto Madeleine Meyer quiere hablarte sobre la simetría en tu rostro y cómo identificar si el tuyo lo es.
¿Qué es un rostro simétrico?
Un rostro simétrico es aquel que encuentra armonía entre sus elementos, cuyas facciones crean la mezcla perfecta entre sí.
Hay quienes dicen que el rostro simétrico es aquel cuyo lado izquierdo está equitativamente distribuido con respecto al lado derecho, si pudiéramos trazar una línea vertical justo por la mitad del rostro, ambos lados deben lucir casi idénticos; sin embargo, también está la idea no tan radical que afirma un rostro simétrico se crea de un conjunto de medidas entre la proporción de las facciones.
¿Cómo sé si tengo un rostro simétrico?
Siguiendo la primer teoría lo que puedes hacer es editar una foto donde te encuentres exactamente de frente, recorta el lado izquierdo, clónalo y sustituye con éste el lado derecho formando nuevamente tu rostro con sus dos lados partiendo del izquierdo, haz lo mismo ahora con el lado derecho.
Si tu rostro en ambas formas es muy similar a tu rostro normal entonces confirmarías esta fórmula.
Siguiendo la segunda idea necesitarás una hoja de papel, lápiz y cinta de medir o regla.
- Mide el ancho de tu ojo, de punta a punta de manera horizontal, ahora mide el espacio que hay entre tus ojos, igualmente desde el lagrimal de uno hasta el mismo punto del otro. (Recuerda apuntar las medidas). El espacio debe ser de la misma medida que tiene de ancho cada ojo.
- Ahora mide el largo de tu nariz de manera vertical y el ancho de tus labios de comisura a comisura, ambas medidas deben ser iguales.
- Para terminar, mide la longitud y el ancho de tu rostro, divide ambas medidas y si el resultado se acerca a 1.6, felicidades tienes lo que los griegos consideraban el equilibrio perfecto.
Recuerda que al igual que todos los estándares de belleza, lo que cuenta es qué tan segura y cómoda te sientes contigo misma, la belleza interior siempre se irradiará a pesar de los rasgos externos ¿no crees?
Fuente: www.imujer.com